Descubrí el fantástico rock de raíces americanas de Israel Nash hace casi 13 años, cuando publicó el espléndido “Barn Doors & Concrete Floors” y todavía se hacía llamar Israel Nash Gripka. Para mí fue de los mejores descubrimientos de dicho año. Pero es, además, en directo, presencié una magistral actuación en el Azkena de Bilbao en el que el espíritu de Neil Young & Crazy Horse sobrevoló en bastantes momentos. Por eso tenía muchas ganas de volverle a ver y lo he hecho a pesar de estar convaleciente. No importa, Israel y su banda me hicieron olvidarme de todos mis males a lo largo de un espectacular concierto sin bajón alguno. Se centró más en su estupendo nuevo disco, “Ozarker”, aunque también cayeron varias joyas de toda su extensa y recomendable trayectoria discográfica, con especial mención para el “Rain Plans” de hace una década del que, creo, también tocó hasta 3 de sus mejores temas.

Banda y sonido de lo mejorcito que hemos visto en bastante tiempo en el Antzokia. Comenzó con cuidados sonidos ambientales que remitían a Pink Floyd o Mark Knopfler y finalizó el viaje de manera similar esta vez cruzando a los Floyd con el más aguerrido Neil Young. Al comienzo de ese viaje (a menudo entre astral y psicodélico) ya nos anunció al comienzo que nos iba a llevar en un viaje por su tierra de Missouri y por las montañas Ozark. Un fantástico y muy sensorial viaje en el que me volvió a sobrevolar el espíritu de Neil Young en bastantes temas, así como el de otros de sus favoritos y clásicos como Tom Petty, The Band, Bruce Springsteen, Bob Seger, Eagles o Crosby, Stills, Nash & Young. Citamos especialmente a estos dos últimos porque el trabajo vocal de los 5 músicos fue también realmente logrado y con momentos de altísima emoción. Voces a las que se unió el público a petición del propio Israel. Fue el caso de varios de los temas de su último y espectacular “Ozarker” que fue el grueso central de un concierto que se fue casi hasta los 100 minutos, pero que no nos hubiera importado durara otros tantos más.

Ese fue el caso en esos emocionados coros del tema titular, que nos trajo a la mente al mejor Bob Seger y sus baladas, pero también de la campestre y emocional ‘Pieces’. Momento estelar de esta comunión banda-público fue con los coros del tema que cierra su último disco, la espectral ‘Shadowland’, un tema con muchos aromas al Neil Young del “After The Gold Rush” y con unos coros y guitarras realmente potentes. Fue una gozada, para servidor, que regresará al “Barn Doors & Concrete Floor” y lo hiciera, además, con la sensacional ‘Baltimore’. Hubo momentos brutales con 3 guitarras eléctricas sonado al unísono, pero otros incluso mejores con la pedal steel, instrumento con el que brilló el teclista que también cantó de miedo y emocionó también especialmente con el piano. Del citado ‘Rain Plans’ brillaron su tema de apertura, un muy guitarrero ‘Woman At The Well’, así como el cierre de dicho disco con una ‘Rexanimarum’ con mágico estribillo y con pedal steel sublime que nos trajo a la mente a los mismísimos The Band. Pero la cumbre total, llegó ya en los bises con un ‘Firedance’ que nos encendió totalmente por dentro y nos emocionó. A continuación, nos volvió a volar la cabeza con ese final guitarrero y emocionante con el tema ‘Rain Plans’ y con el guitarra solista saliéndose con su guitarra al aire en el más puro estilo Neil Young & Crazy Horse. ¡Un fantástico colofón a una actuación de las que hacen afición! Por cierto, abrían gira española en Bilbao y te recomendamos acudas a verlo en las otras 5 ciudades en las que tocarán por aquí con final en Barcelona porque la experiencia es realmente un gran viaje musical.

Fotografía: Maribel Mañeru

Autor: Txema Mañeru